Aunque desde el 12 de marzo no nos hemos vuelto a ver, desde que empezó el curso hasta ese día, fuimos felices compartiendo momentos en el aula. Aprendimos letras, números, planetas, cosas sobre el cuerpo humano, compartimos información de Egipto, conocimos detalles de la prehistoria. Aprendimos a convivir y a darle importancia a nuestras emociones cada día. Aprendimos a trabajar en equipo, a valorar a cada persona por cómo es y por lo que nos aporta. Jugamos, reímos, nos ilusionamos y ¡hasta conocimos a un marciano!
Durante este tiempo de cole en casa, con la gran ayuda de las familias tan maravillosas que forman, no hemos dejado de trabajar, de crecer y creer que podemos con todo esto y más. Gracias por enviar cada trabajo para que pudiera ver cómo están creciendo y madurando nuestros pequeños.
He de decirles, mis héroes y heroínas, que siempre he confiado y seguiré confiando en ustedes, porque, sin duda, son unos diamantes que empiezan a brillar de una forma espectacular.
Ahora les toca empezar una nueva etapa, ¡primaria! Va a ser toda una aventura que espero sea el comienzo de algo muy grande. El comienzo de un nuevo capítulo en la preciosa historia de sus vidas.
No puedo despedirme sin antes recordar una parte de la canción que más escuchamos en nuestra clase y que me hará recordarlos y llevarlos siempre conmigo:
De ustedes aprendí...
-que todo es posible, incluso lo imposible,
-que las virtudes están bajo la superficie,
-que debo dejar de ser algo que no soy,
-que eres más valiente de lo que crees,
-que cada día de lluvia tiene su arcoíris,
-escucha tu corazón y lo entenderás,
-recuerda siempre quién eres y ya está.
Seguirán siempre junto a mí.
Les mando un abrazo apretado, apretado.
Con cariño,
Cristina.
